Sonntag, 8. Januar 2012

squatter my bath - okupa mi baño / Mexico - D.F.

¿Por qué?

No se puede hablar del espacio público sin reflexionar sobre el concepto de propiedad privada, que se ha convertido en un aspecto dominante de nuestra sociedad, tanto en lo económico como en lo político. Las diferencias entre los intereses privados y los públicos son cada vez más visibles en las ciudades, y la oposición entre unos y otros, cada vez mayor: enfrentamiento entre propiedad privada y propiedad pública, vigilancia, expulsión de los sin techo y del comercio ilegal y/o de las personas no deseadas del entorno urbano, etc. Para proteger la esfera privada es preciso delimitarla; y el establecimiento de estos límites es constantemente motivo de cambios y negociaciones. Por otro lado, las intromisiones son cada vez más virulentas y, sin embargo, menos evidentes, porque se integran en la vida diaria.

En este contexto, los espacios públicos adquieren cada vez con más frecuencia el aspecto de interiores: hoy en día, los centros comerciales, las zonas peatonales y las plazas públicas parecen salas de estar o espacios privados, y, por lo general, son zonas que incitan al consumo. Para mantener esta estética se excluye de ellas a los sujetos no deseados, o incluso se contrata a personal de seguridad privado encargado de expulsarlos.

Esta evolución ha transformado los espacios más íntimos en lugares de refugio y protección. El cuarto de baño, otrora un espacio colectivo, ha pasado a ser un lugar individual, hasta el punto de convertirse en un símbolo de privacidad, de intimidad. De hecho, ni siquiera en la era del Gran Hermano está permitido instalar sistemas de vigilancia en los aseos.

Dado lo expuesto, considero que no basta con criticar las intromisiones en la esfera privada que suponen los dispositivos de vigilancia, las medidas para la seguridad interna, etc., porque esta crítica sigue estando dentro del ámbito de lo privado. Por eso, "squatter my bath" toma exactamente la dirección contraria: para oponerse a la privatización de los espacios públicos, abre al público las puertas de un espacio privado.

Los espacios abiertos de las ciudades, esto es, sus espacios públicos, son zonas que no tienen asignado ningún uso concreto. Materialización de lo incontrolado, el espacio público urbano es también un lugar en el que la opinión pública puede plantar cara a la tendencia cada vez más clara de dominio de la ciudad por parte de los intereses privados. El espacio público tiene la tarea de resistir la supremacía de lo privado, porque es el único que permite jugar y experimentar para obtener resultados inciertos: es a la vez espacio y juego. Los espacios públicos deben ofrecer lo que prometen: momentos inesperados, distintos significados, diversidad, ambivalencia. Llaman a pisarlos, a ocuparlos, a darles un uso. "squatter my bath" transporta este principio a un espacio privado: desorden público privado.


¿Qué?

"squatter my bath" es un experimento artístico. El objetivo del proyecto es abrir un espacio privado como acto político contra el cierre de los espacios públicos.

"squatter my bath" será posible gracias a la colaboración de participantes procedentes de distintos entornos, con diversos intereses y trasfondos demográficos. Extraños, conocidos (lejanos), opinión pública. Con algo en común: todos ellos entrarán en el cuarto de baño de la artista por primera vez, y dispondrán de 120 minutos para okuparlo como deseen. Para ello podrán utilizar utensilios que hayan traído, objetos presentes en la vivienda y materiales preparados especialmente para la acción (que también se pueden encargar).

Los okupas serán los encargados de preparar la puesta en escena y de definir el uso que se va a dar al espacio: el baño puede convertirse en una declaración política o simplemente en un lugar en el que relajarse y pasar el rato. No hay ningún tipo de censura. La okupación se inmortalizará en fotos. Todo un reto: se trata de un espacio privado extraño, angosto, okupado por personas prácticamente desconocidas expuestas al objetivo de una cámara. Se trata de experimentar el disfrute de la vida como juego.

¿Dónde?

En el cuarto de baño, la "antítesis" de la sala de estar, prácticamente un espacio yermo. Si bien no se considera una habitación como tal, sí es cierto que tiene una función claramente definida, una función claramente "privada". Es por esto por lo que lo considero el espacio ideal para llevar a cabo este experimento a caballo entre el acontecimiento social, la crítica y la declaración política. Los elementos funcionales que contiene (lavabo, bañera, inodoro), transmiten la idea de "privacidad y exclusividad máximas". Y el hecho de que la artista no tenga apenas relación con los participantes lleva el experimento al extremo.

El proyecto se llevará a cabo en Berlín, Viena, Ciudad de México, Santiago de Chile y Budapest, porque su objetivo es investigar y comparar el desarrollo urbanístico de las grandes ciudades. Las fotos de las okupaciones realizadas en cada ciudad se presentarán en una zona pública de una de las otras cuatro, de acuerdo con los códigos de lectura de los y las habitantes. Lo privado se hace público. En cada una de estas cinco ciudades se organizarán sólo 25 okupaciones.


¿Cómo?
"squatter my bath" tiene dos niveles: por un lado están las okupaciones del baño; por otro, las performances que se organizan en colaboración con distintos artistas. Esto permite afrontar y presentar el tema desde dos puntos de vista, así como experimentar directamente momentos únicos: desorden público privado. La serie de performances se rediseña en colaboración con las y los artistas en función del lugar en que se va a llevar a cabo. En cada ciudad, en cada baño, habrá siempre algo nuevo que descubrir.

Las fotos que se hagan de todo ello se modificarán a mano, para experimentar de nuevo con ellas, para "okuparlas" por segunda vez. Esta transformación, esta intromisión sin más fin que el juego estético, requiere un cierto análisis de las fotos y, sin embargo, se puede retomar una y otra vez desde el principio, simplemente abriéndose, dejándose llevar. La fase de modificación de cada sesión fotográfica termina en el momento que la intuición considere correcto. Y así surgen ejemplares únicos. Irrepetibles.